
QUIerete, MODIfica tu estilo de vida.






Mujer en sus 30’s, soltera, América.
Sabiduría interior.
¿Has tenido la sensación de que ciertas decisiones que tomas no parecen ser las mejores y aun así las realizas? Y claro el resultado al final es negativo, algo que de antemano sabías… pero entonces ¿por qué no optamos por algo diferente? Creo que todo esto lo vivimos día a día, pero definitivamente hay quienes tienen más habilidad para saber seleccionar situaciones que llevan a mayor crecimiento y bienestar.
Después de terminar de forma inesperada y dramática una relación de pareja con mi entonces ya prometido, empecé a cuestionarme, a buscar respuestas a mis innumerables preguntas y pensamientos: ¿por qué no habíamos funcionado?, ¿por qué luego de casi 5 años hasta ahora veía con claridad la incompatibilidad de ambos?, ¿por qué si me había entregado de cuerpo y alma a la relación no había sido suficiente?, ¿por qué tomar esta decisión me hacía sentir liberada?, ¿por qué a pesar del dolor de la ruptura del compromiso, ilusiones, etc.; dentro de mí sabía que era lo correcto? y ¿por qué aunque él me buscara insistiera en darnos otra oportunidad y dudara en de nuevo volver a lo mismo, la sola idea de pensarlo me causaba una sensación de asfixia y dolor?
No cabe duda que ante una crisis, lo mejor es buscar ayuda y apoyo, lo cual estoy muy agradecida de haberla tenido de mi familia, amigos, conocidos, psicóloga, colegas, buenos libros y la vida misma. Mi búsqueda de respuestas y compresión de la situación me llevó a entenderme, a ver desde otra perspectiva y análisis lo que había hecho en mi relación de pareja y en mi vida personal los últimos 5 años, y como dicen: “el que busca encuentra”; aunque a veces lo que se encuentra no nos guste.
Así fue como entendí que la sabiduría interior existe, y en general todo ser humano la poseemos en forma de instinto de la supervivencia y búsqueda de felicidad; ¿pues quién en su sano juicio desea ser desdichado? Pero lo que a mí me pareció más sorprendente, es darme cuenta de que nuestro cuerpo nos da señales para lograr “ir por el buen camino”. Soy médico, para entender esto me llevó primero a iniciar una introspección cotidiana, a “escuchar mi cuerpo”, tal vez esto es muy simple y lógico, pero me dí cuenta que para mí no lo era; en realidad con el ajetreo del día a día en el mundo tan desvalorizado y materialista en el que vivo, yo era una completa ignorante de mí misma, era inconsciente de mis sentimientos. Así me fui interesando y aprendiendo más de la llamada inteligencia emocional. Comprendí que esa sensación de opresión en mi garganta asfixiante, esa debilidad, cansancio y gripa espontánea; no era otra cosa que dolor intenso traducido en tristeza por el duelo de ruptura y desilusión que estaba pasando; le hice caso y lloré, lloré y lloré cada que creía necesitarlo, también escribí y escribí para desahogarme cada que estaba sola, era una forma de ir sacando este sentimiento, hasta librarme de él. Después entendí que esa sensación ardorosa en el estómago, caliente quemante, gastritis intensa, se traducía en un sentimiento de ira, coraje, enojo almacenado que tenía contra mí misma y contra mi falta de capacidad de poner límites, de escuchar ese sexto sentido que me avisaba 3 años antes que algo no estaba bien y había ignorado… Así además de tomar medicamento y cambiar mi alimentación, lo descargué en diversas actividades (terapia, ejercicio, gritar, etc.) hasta desvanecerlo.
Ahora, los sentimientos molestos en vez ignorarlos como siempre lo hacía, trato de aceptarlos, confrontarlos y aprender lo positivo de cada uno; y de los sentimientos positivos los disfruto y trato de mantenerlos. Pues es gracias a ellos que aprendo a ser más asertiva en mi toma de decisiones. Ya que “lo que no te destruye te hace más fuerte”.
Hoy trato diariamente de calmar mis pensamientos y escuchar las sensaciones de mi cuerpo. Este conocimiento también me ha ayudado a ser mejor médico, a escuchar más a mis pacientes, empatizar con ellos y dar mejores manejos.
Estoy muy agradecida con la vida, porque de lo que me pareció un fracaso, no fue más que el inicio de un cambio positivo en mí, en mi relación con los demás, donde al escuchar mi sabiduría interior trato día a día de lograr esa sensación de plenitud y felicidad. Y no puedo decir que ha sido fácil, pero el reto diario, y la satisfacción de ir lográndolo me hacen sentir un calor agradable en todo el cuerpo, tranquilidad, calma, paz interior que traduzco en felicidad; que cuando la pierdo, estoy dispuesta a escucharme, aceptar lo que siento y entenderlo para buscar el camino de nuevo al bienestar (equilibrio mente-cuerpo-espíritu).
